Dándote una vuelta por el entorno de la estación del Portillo te encuentras un paisaje desolador. Suciedad, abandono, dejadez, falta de interés por mantener unas instalaciones adecuadas y recordemos que es una parada de cercanías pero también de otros trenes y como bienvenida a la ciudad es bastante penosa. Apenas hay taxis, podría haber una zona de aparcamiento si no estuviera la grava, más iluminación...
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